Gran preocupación se ha generado por el aumento de infecciones causadas por el uso de pestañas postizas. Según lo declarado por la Academia Americana de Oftalmología, el daño se asocia a tratamientos no regulados, los que provocan inflamaciones en los párpados, conjuntivitis e incluso daños en la córnea.
Uno de los elementos más alarmantes es el pegamento utilizado para colocar las pestañas, el que puede contener formaldehído, químico conocido por causar reacciones alérgicas de gravedad, blefaritis y daños en la córnea. Al efecto de este compuesto, se suma la suciedad y bacterias acumuladas por las pestañas con el paso del tiempo.
Se estima que, a nivel mundial, 1 de 4 mujeres experimenta algún tipo de irritación por el uso frecuente de pestañas postizas. Generalmente, los cuadros presentados son conjuntivitis, ojos rojos e irritación ocular en general. Otros casos más complejos incluyen rasguños o agujeros en la córnea producto de las puntas de las pestañas postizas.
El circulo vicioso de las pestañas postizas El mayor peligro, según los expertos, es la utilización constante de las pestañas postizas. El peso de este accesorio de belleza, produce un debilitamiento de los folículos de cabello provocando que se caiga y no vuelva a crecer. De esta manera, el uso de pestañas postizas se incrementa para compensar la falta de pestañas naturales, aumentando el riesgo de infecciones y daños en la córnea, los que pueden derivar en la pérdida de la visión. Asimismo, se debe considerar que adicional al uso de pestañas postizas existen riesgos asociados al uso de maquillaje excesivo en la zona de los ojos. El mal uso de maquillaje puede producir una serie de efectos nocivos, como el daño de la córnea del globo ocular con la punta del lápiz delineador o el aplicador de máscara, reacciones alérgicas a algunos componentes presentes en los productos, o infecciones ocasionadas por el empleo de maquillaje expirado.
